El efecto Medici

30.11.06

Frans Johansson conjeturó en El efecto Medici que la proliferación de ideas y el estallido de creatividad en el Renacimiento estaban relacionados con el mecenazgo de la familia bancaria de los Medici.

Los comentarios escritos en las bitácoras actúan, muchas veces, como ese llamado efecto Medicis.

Azar digital

29.11.06

Llamas a un número y por azar trastocas uno de los dígitos. Entonces la sorpresa puede estar garantizada y que una voz, algo palurda, te exprese un mensaje como este: «Hola soy Antonio el cariñoso y el bien hecho. Ahora no puedo atenderte pero me puedes llamar después».

Vendedor ambulante

28.11.06




En la confluencia de la calles de Saint-Denis y Etienne Marcel de París, un hombre ciego vende relojes con la esfera vacía.
Cuando le preguntan por qué los relojes no tienen números ni manecillas contesta que porque el tiempo es como un espejo sin fondo.



Partida de ajedrez

27.11.06

Yussuf III condenado a muerte por su hermano pidió, como último deseo, terminar la partida de ajedrez que jugaba con el alcaide de la fortaleza donde estaba prisionero. Movió sus piezas con inteligencia para demorar el final del juego y sortear una muerte segura. Entretanto sus seguidores derrotaron al emir y mandaron un emisario que le comunicara su proclamación.

Así, muchas veces, la existencia aparece como una partida de ajedrez. Sólo hay que tratar de mover las piezas con sensatez para demorar el final.

Viaje en tren

26.11.06

Luz Clarita le dijo: «hay gente que entiende el amor como si se tratara de un viaje en el Transiberiano. En cambio para otros es un trayecto entre una estación y la siguiente». Se despidió y se bajó en la primera parada.

Escritores

25.11.06

Ninguno será conocido por su obra porque ninguno la publicó. A pesar de ello se consideran escritores.

El primero, Joaquín Cabezas, se tiene por un escritor absurdo. Después de escribir cada texto lo destruye. Entiende que es una forma de pasar a la posteridad sin haber publicado una sola línea.

Francisco Torrezno lleva veinte años en la creación de la misma novela aunque nunca ha llegado a plasmar una palabra sobre el papel ni teclearla en el ordenador. Lo que no es óbice para que, en cada ocasión que pueda, cuente cómo va la obra y hasta narre la trama y el desarrollo de los personajes.

Álvaro Íñiguez escribe mal adrede debido a su miedo a ser plagiado. Licenciado en Filosofía y Letras, hombre de una extensa cultura e insaciable lector, nunca muestra un texto bien escrito y guarda, en una caja fuerte, varias narraciones por miedo a que le usurpen su originalidad.

DRAE

24.11.06

Para la Academia de la Legua Española somos unos bárbaros periféricos. Ya se puede escribir ‘chat’ e ‘Internet’, incluso ‘pósit’, ‘rap’ y ‘salvapantalla’. En cambio, nada dice de los ‘blog’, los ‘blogueros’ o ‘bitacoreros’ que seguimos en una especie de limbo ortográfico.

La vieja escuela

23.11.06

Visitaba una exposición sobre material escolar de diferentes épocas y me detuve a observar una reproducción de un aula de la vieja escuela. En ella se podían ver los pupitres, los mapas, los lápices de colores, las enciclopedias y la negra pizarra.

En un reflejo involuntario vino a mí el recuerdo de los versos machadianos:

y en la aborrecida escuela,
raudas moscas divertidas

Y me llegó el olor a goma de borrar de los escolares.

También la figura del viejo maestro que, cada día, escribía una frase distinta en la pizarra que debíamos copiar en nuestro cuaderno. Aforismos, refranes, versos, proverbios, dichos o moralejas que trataba hacernos entender.

Quizás por eso de aquellas citas estos ‘posts’.

Creatividad

22.11.06

Según Howard Gardner para conseguir una aportación significativamente creativa en un campo o disciplina, deben haber transcurrido antes unos diez años. Así que me lo tomaré con relativa calma en este ‘blog’ y pensaré que tengo un margen de ocho años por delante.

Esperanza de vida

21.11.06

Si la esperanza de vida se estima que, en poco tiempo puede rondar los 120 años, la edad para considerarse joven deberá subir hasta los 60 por los menos. Si no la mayor parte de su existencia la pasará el ser humano siendo viejo o de la tercera edad.

Suerte

20.11.06

«Sé que ya la Navidad no será igual», me confesó con una cierta decepción.

Entonces lo miré a los ojos para saber el porqué de aquel desahogo.

«Me han quitado al calvo de la lotería que era a quien más tirria tenía porque no había forma que me diera un premio», argumentó.

Propuesta

19.11.06

Lo escuché decir que para acabar con la discusión sobre qué genero es mejor al volante, proponía que, durante todo un mes, sólo condujeran las mujeres para ver si así el estado del tráfico mejoraba.

Pero no estoy muy seguro de que, con esta propuesta, se acabara la discusión.

Niños

18.11.06

Discutían entre varios y para zanjar el asunto uno de ellos concluyó mientras señalaba a otro: «tú eres el que tienes la cabeza más difícil porque lo dice el barbero que no quiere pelarte».

Jornada

17.11.06

Borges escribió que «en ciertos libros del Indostán se lee que el universo no es otra cosa que un sueño de la inmóvil divinidad que está indivisa en cada hombre».

Después de leer esto me acomodo el traje de los viernes y me dispongo para afrontar el día.

Nubes

16.11.06

No sabía que las nubes fueran de nadie hasta que conocí a Magallanes y sentí envidia.

Declaración de principios

15.11.06

El amante dijo: «soy como una simple gota de agua. Una gota incesante hasta anegar tu corazón».

Educación de adultos

14.11.06

En los tiempos universitarios coincidimos varias veces en algunos ambientes de copas. Era una mujer de fuertes convicciones que sabía bien lo que quería ser en la vida. Terminó magisterio y no la volví a ver.
Hace unos meses me encontré con ella y le pregunté qué hacía.
—Doy clases a adultos —me contestó—. Es algo duro.
—Creo recordar que esa era tu vocación. Te noto algo decepcionada.
—El problema de un maestro que da clase a personas adultas es que tiene que enterrar a sus alumnos y no al revés.

La visita

13.11.06

Toc-Toc
—¿Se puede?
—Adelante.
—Buenas. Tiene usted un ‘blog’ muy curioso —le dijo—. Aunque se le ve un poco solitario.
—No tengo muchos vecinos, no. Tampoco viene a visitarme mucha gente. Es cierto. Pensé bautizarlo como La estepa rusa o El mar de la serenidad. Pero no me quejo. Lo mantengo abierto porque me gusta venirme aquí un rato por las tardes o de madrugada, cuando parece que todo el mundo se calla. Algunas noches, miro hacia fuera y veo como un humillo blanco que se eleva de los edificios. Son los sueños que la gente tiene. He fabricado una máquina que captura ese humo y los traduce. Luego las traducciones las suelo colgar entre estas cuatro paredes.
—Entonces ¿es una bitácora para soñadores?
—Bueno más bien para ilusos que dicen algunos.
—De ilusión también se vive.
—Sí, esto a veces parece una ilusión otras no.
—¿Cuándo parece más real?
—Cuando se presenta gente como usted y charla conmigo, así en plan amistoso.
—Lo cierto es que no tenía nada que hacer. Si no igual paso de largo. Ya le digo que como no tiene mucha parafernalia, ni dibujitos, ni fotos. Ni tampoco nada de sexo con lo que llama la atención, ni de política que pica mucho a la gente. Podía poner algo… unos enlaces luminosos, una radiografía de su esqueleto o, que le digo yo, una oferta: una entrada para un espectáculo al que deje un comentario. Puede sobornar a esos que hacen listas de ‘blogs’. Dicen que si pagas algo te suben de posición.
—Déjelo es igual.
—Hoy he leído en Internet que cada día nacen cien mil nuevas bitácoras. Son muchas ¿no? A este paso va a ver superpoblación. Cada 230 días se duplica su número.
—Sí, cada día somos más pero hay mucha diversidad. También una profusa repetición. Ocurre igual en el Universo: millones de estrellas formadas con muy pocos elementos.
—A este paso se convierten ustedes en el quinto poder.
—Ese análisis lo hacen los optimistas o quienes son arte y parte de este negocio con unos intereses muy concretos.
—¿A quién le teme más?
—A los segundos. Son los gurús de la blogosfera y engañan a la gente.
—Parece usted un descreído.
—No me gusta meterme con nadie, pero no puedo dejar de ser escéptico. Detrás de un juicio así hay intereses concretos.
—La verdad que para mantener esto abierto hay que estar sobrado de tiempo. Tengo un amigo que dice de ustedes, los bitacoreros, que tienen mucho tiempo libre y por eso se dedican a este asunto.
—Bueno es un sambenito que nos han colgado como otro cualquiera. Pero mantener esto limpio y ordenado lleva lo suyo, no se crea.
—También alimenta el ego una barbaridad, que hay cada uno por ahí…
—No si lleva tiene usted razón. Pero yo la verdad no soy ambicioso, es para echar el rato y matar el tiempo.
—¿Ha matado mucho tiempo ya?
—Alguno, no se crea. Ve esos sacos amontonados en aquel armario. Es tiempo muerto que he ido matando aquí.
—Pues sí que… ¿y es difícil matarlo?
—Cuando más me cuesta es en las noches de insomnio. No hay forma.
—Se le ve cansado de esta vida.
—Más que cansado de vivir estoy exhausto por lo vivido.
—¿Se viene conmigo?
—¿Dónde iremos?
—Lejos.
—¿No podré regresar?
—No.
—¿Podré construir otra bitácora allí donde vamos?
—Lo desconozco.
—¿Es usted la ignorancia?
—Soy la primera duda y la única resuelta.

Una de Woody Allen

12.11.06

Fuimos a ver juntos una película de Woody Allen titulada Interiores, esa donde los críticos señalan que el cineasta neoyorquino rinde homenaje a Ingmar Bergman.

Al salir del cine me comentó la escena donde Arthur (el padre de la familia que protagoniza el filme) anuncia ante sus tres hijas (Renata, Ryn y Joey) y su esposa (Eve) que, después de haberles dedicado una buena parte de su vida el resto se la reserva para él y se marcha con otra mujer. «Así me gustaría acabar mis días», me dijo.

Pasados algunos años me enteré que su mujer, cumplidas las dos hijas su mayoría edad, se había marchado con otro hombre.

Entendí, en aquel momento, que la película de Woody Allen había llegado a su final.

Desvelos

11.11.06


Qué sentido tan profundo alcanza la frase «dormir como un niño» pasada una cierta edad.