Quien medita asiduamente, con frecuencia termina riéndose de muchas de las cosas pensadas.
Recapacitaciones
23.8.22
Quien medita asiduamente, con frecuencia termina riéndose de muchas de las cosas pensadas.
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2 apostillas:
El pensamiento es automático, no lo podemos parar ni siquiera en sueños, y ello, por tanto, da lugar a infinidad de residuos de ideas e imágenes que nos asaltan continuamente sin que podamos hacer nada para quedarnos en blanco y acceder al estado de meditación que busca precisamente no el pensamiento sino la vacuidad y la máxima concentración en el instante.
Extraña actividad, la de la meditación: entre lo del mulo de la noria y andarse por las ramas...
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