Refranero
30.4.17
Mientras se hundían sin remedio en las aguas profundas recordó que «Dios aprieta pero no ahoga», algo que le fue incomprensible a su entender.
Etiquetas: cuentos de domingo, cuentos diminutos
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3 apostillas:
Hasta Dios se equivoca.
Es cierto, Él mismo aseveró que el diluvio fue un error.
Dios aprieta pero te ahogan las aguas.
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