Charla con el rey

10.6.14



—Asómate a la ventana.
—Sí majestad.
—Dime, ¿qué ves?
—Veo una multitud disoluta.
—Qué significa disoluto.
—Quiere decir entregado a vicios y placeres.
—Entonces no veo dónde está el peligro.
—Majestad el peligro está en aquella esquina de allí, ¿no lo ve?
—Me cuesta mirar hacia la izquierda, tengo una cierta rigidez.
—Pensaba que su majestad era más flexible.
—Nunca, la reciedumbre de la monarquía se basa en lo inquebrantable.
—Quizás sea tiempo de flexibilizarse.
—Piensas que los que están ahí fuera lo entenderían.
—Habría opiniones para todos los gustos.
—Algunos tienen mal concepto de mí.
—Si bajara a mezclarse con la plebe, los entendería.
—Un monarca nunca se rebaja.
—Majestad, lo que le ocurre es que no es muy propenso a ponerse en el lugar de los demás.   
—Este es mi lugar, sentado aquí en mi trono, haciendo fortuna y cuidando a los míos.
—Ellos también tienen sus ‘míos’, no lo dude.
—Son mis súbditos, mis problemas no los entiende nadie y nadie se puede poner en mi lugar.
—Eso hace el desafecto de la gente.
—No quiero que me quieran, sólo que me obedezcan.
—Para eso hay que saber mandar.
—Un rey es indiscutible, por eso sabe mandar.
—Pero no sabe obedecerse a sí mismo.

1 apostillas:

Joselu dijo...

No me cabe duda de que eres republicano, jajaja. No tienes muy buena opinión de los monarcas del siglo XXI.