Pensamiento extractivo

27.9.13



Recuerdo cierto día que, tras un larga caminata por el campo, encontré a un campesino que sacaba agua de un pozo. Me acerqué a él y le pedí un poco para refrescar mi boca y acabar con mi sed. El hombre con la piel tostada por el sol me la ofreció en un jarrillo de lata. Mientras la tomaba me dijo: «bebe y sacia tu sed de ideas». Extrañado le pregunté que había querido decir. Entonces me explicó, a modo de parábola, que las ideas son como el agua que hay en el pozo. Las sacas con mayor o menor esfuerzo, con mejor o peor gana y el pozo vuelve a llenarse con nuevo caudal hasta mantener su nivel. "Si no te molestas en sacar el agua, seguirá siempre la misma sin renovarse y nada calmará la sed de tu pensamiento con nuevas reflexiones".



1 apostillas:

Chus dijo...

Permitirnos beber de mayúsculos pozos a caminantes sedientos, generoso testamento.