—Hay personajes de su novela que se parecen a usted y que no le retratan como a alguien humilde.
El escritor que se escapó de su novela
11.9.12
—Hay personajes de su novela que se parecen a usted y que no le retratan como a alguien humilde.
—La humildad la encuentro aceptable, siempre que no se manifieste abiertamente.
—¿No es saludable?
—Los que reflexionan sobre su salud se exponen a un peligro de muerte. Los artículos que se dedican a este tema tienen efectos patológicos.
—¿Eso lo aprendió tarde o pronto?
—Lo que uno necesita a toda costa lo puede aprender solo y en seis semanas: leer y escribir, la tabla de multiplicar y poco más.
—Parece muy autosuficiente.
—El narcisismo es la deformación profesional de los aburridos.
—Usted lo parece, señor Enzensberger.
—La pereza es un talento valioso.
—¿En tiempos como estos donde nos mandan producir más?
—Si por mí fuera, el uso del despertador quedaría prohibido.
—Suena a contradictorio según el sistema.
—Para contradecirme me basto yo.
—Y lo que dice la mayoría social.
—No tengo nada contra la democracia. Ofrece una gran ventaja: es aburrida. Una cualidad que aprecio.
—¿Y al coro europeo no lo aprecia?
—Europa es un gran logro, pero lo están echando a perder. Le dan vueltas a temas sin que haya motivos. Es superfluo.
—No es eso lo que muchos piensan.
—Cualquier botarate cree tener ideas.
—No todas las ideas son iguales.
—De todos modos, sin la estupidez no se va a ninguna parte. Es una de las armas más hermosas de las que dispone el ser humano.
—Bueno también está la política exterior como arma.
—El parvulario es el modelo ideal de toda la política exterior. Tengo derecho a poseer armas nucleares, pero el que tú pretendas otro tanto es algo intolerable a lo que me opondré por todos los medios.
—Ya sabe eso de los intereses económicos.
—El odio al dinero es una gran estupidez.
—Estupidez por estupidez, eso no es nada original.
—¿Acaso le gustaría ser original? Permítame que le prevenga contra ese peligro.
—El peligro está en la desmemoria.
—Reivindico el olvido.
—O en la creencia.
—El ateísmo me parece pueril.
—No entender el progreso.
— Hay que desconfiar de todo cocinero que se entusiasme con el progreso.
—Le veo muy desprejuiciado.
—Detrás de todo prejuicio se esconde un miedo.
—Y detrás de todo miedo un sentimiento.
— Nuestros sentimientos no son inagotables.
—Aunque, a veces, sean terroríficos.
—El ser humano es el único primate que se dedica a matar a sus congéneres de forma sistemática, a gran escala y con entusiasmo.
—Pero también de enternecerse hasta el infinito.
—Todo matrimonio por amor representa un riesgo demencial, un riesgo que ningún jugador de ruleta asumiría.
—Pero usted se ha casado, eso es una concesión aunque no una renuncia.
—No valgo para camarada. No soy capaz de alinearme.
—Tanto distanciamiento habrá que calmarlo con algo.
— Es más sano contemplar las nubes que tomar psicofármacos.
Etiquetas: aforismo dialógico, Enzensberger
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