El vestido

13.11.11




Nació desnuda pero con los años se fue cubriendo con palabras.





15-M Nos la habéis jugado. Ahora os toca pagar.»

«No habiendo podido los hombres remediar la muerte, la miseria y la ignorancia, han imaginado, para ser felices, no pensar en absoluto en ellas.» Pascal, filósofo

4 apostillas:

Isabel Moreno dijo...

Lo bueno es poder cubrirse sólo con las palabras que nos hagan crecer, que nos hagan felices... De las otras hay que deshacerse. Buenas noches.

María dijo...

A mi me encaaanta ese vestido, FRANCISCO.

No hay ninguna palabra fea, sólo su uso a veces las hace feas, pero su estampado hace que la piel se sienta cómoda respirando por ellas, de hecho, es el vestido que mejor se ajusta a cada cuerpo, si acertamos con la hechura, probando es la única manera de encontrar el que mejor nos va... yo me siento desnuda sin ese vestido fíjate ;-)


Un beso grande y feliz noche de sábado FRANCISCO

Joselu dijo...

El famoso poema de Salinas sobre los pronombres habla de las palabras que nos envolvieron desde antes de nacer. Somos esencialmente palabras. No existimos fuera de las palabras. La misma concepción de la identidad reposa sobre una palabra que remite a un contenido inexistente: "yo". Y en base a ese pronombre, construimos nuestra identidad ficticia. Como la del autor de este blog, evasiva e inaprensible.

Juan Poz dijo...

Hoy, en efecto, he tenido que ponerle presillas a una de ellas, trenka, y subirle los bajos a otra: narcisismo. Nos visten, sí, ¡pero dan un trabajo!