Cada cierto tiempo los medios de comunicación suelen contar la biografía de algún hombre con una abundante vida amorosa que ha mantenido o mantiene relaciones afectivas con varias mujeres. La historia de la literatura está salpicada igualmente de estos personajes reales o ficticios.
Al parecer la necesidad de mantener el interés sexual depende, mucho más en el hombre que en la mujer, en hallar nuevas relaciones, incapaz de concentrar su atención sólo en el campo afectivo. En cambio en las mujeres es más extraño ver ejemplos como el citado. Interpretaciones del hecho debe haber para todos los gustos.
Polígamos
12.1.06
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