Todos los domingos a las diez de la noche comienza una carrera de pizzeros por las calles de la ciudad. Corren que se las pelan. El premio, un contrato de tres meses con un salario irrisorio para terminar despedidos. A pesar del premio, por la manera de correr parece que les va la vida en ello.
Carreras
23.5.05
Todos los domingos a las diez de la noche comienza una carrera de pizzeros por las calles de la ciudad. Corren que se las pelan. El premio, un contrato de tres meses con un salario irrisorio para terminar despedidos. A pesar del premio, por la manera de correr parece que les va la vida en ello.
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