Gratificación
6.5.17
No es probable que el actuar bien tenga siempre recompensa más allá de endulzar la conciencia.
Etiquetas: aforismo, conciencia, recompensa
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Escribimos para no dejar de ser quienes somos.
G. Deleuze:
«Quizá soy transparente y ya estoy solo sin saberlo...»
Thomas Szasz:
«Si tú hablas a Dios, estás rezando; si Dios te habla a ti, tienes esquizofrenia. Si los muertos te hablan, eres un espiritista; si tú hablas a los muertos, eres un esquizofrénico»
Marco Aurelio:
«Toma sin orgullo, abandona sin esfuerzo»
Albert Camus:
«La gente nunca está convencida de tus razones, de tu sinceridad, de tu seriedad o tus sufrimientos, salvo sí te mueres»
Charles Caleb Colton:
«Hasta que hayas muerto no esperes alabanzas limpias de envidia»
León Tolstoi:
«A un gran corazón, ninguna ingratitud lo cierra, ninguna indiferencia lo cansa»
Voltaire:
«La duda no es un estado demasiado agradable pero la certeza es un estado ridículo»
Mahmoud Al-Tahawi:
«La perfección es el pecado de los vanidosos. La torpeza la virtud de los indefensos»
Fénelon:
«Huye de los elogios, pero trata de merecerlos»
Antón Chéjov:
«Las obras de arte se dividen en dos categorías: las que me gustan y las que no me gustan. No conozco ningún otro criterio»
Bukowski:
«Que no te engañen, chico. La vida empieza a los sesenta»
3 apostillas:
Áspera, y aun hasta desabrida, es la conciencia que exige el bien y la virtud que jamás se asocian a recompensa alguna por su propia naturaleza de imperativo ético inexcusable.
Cuando hacemos las cosas esperando el aplauso o el premio nos engañamos porque pedimos algo a cambio.. quizás sea cierto que lo hagamos para tranquilizar la conciencia, pero eso no hace menos válido el acto...
La conciencia dulce es mala para el páncreas. ¡Haz el bien con sacarina!
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