Ecosistema sentimental
18.8.16
Los dos permanecieron abrazados largo rato en el sofá sin decir palabra. Un deseo, entonces, rompió el silencio.
—Deja a tu mujer y cásate conmigo.
El hombre la miró con asombro y le respondió.
—Tú eres mi mujer.
Etiquetas: cuentos de verano, cuentos diminutos
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2 apostillas:
Un hombre de convicciones. Yo le hubiera preguntado quién era...
Sí, lo haré y te engañaré con otra mientras tú nos ves hacer el amor y participas en el juego.
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