Etiquetas: citas, Herbert Marcuse
Escribimos para no dejar de ser quienes somos.
G. Deleuze:
«Quizá soy transparente y ya estoy solo sin saberlo...»
Thomas Szasz:
«Si tú hablas a Dios, estás rezando; si Dios te habla a ti, tienes esquizofrenia. Si los muertos te hablan, eres un espiritista; si tú hablas a los muertos, eres un esquizofrénico»
Marco Aurelio:
«Toma sin orgullo, abandona sin esfuerzo»
Albert Camus:
«La gente nunca está convencida de tus razones, de tu sinceridad, de tu seriedad o tus sufrimientos, salvo sí te mueres»
Charles Caleb Colton:
«Hasta que hayas muerto no esperes alabanzas limpias de envidia»
León Tolstoi:
«A un gran corazón, ninguna ingratitud lo cierra, ninguna indiferencia lo cansa»
Voltaire:
«La duda no es un estado demasiado agradable pero la certeza es un estado ridículo»
Mahmoud Al-Tahawi:
«La perfección es el pecado de los vanidosos. La torpeza la virtud de los indefensos»
Fénelon:
«Huye de los elogios, pero trata de merecerlos»
Antón Chéjov:
«Las obras de arte se dividen en dos categorías: las que me gustan y las que no me gustan. No conozco ningún otro criterio»
Bukowski:
«Que no te engañen, chico. La vida empieza a los sesenta»
2 apostillas:
Aquí en Cataluña existe la institución de un rito curioso y significativo: a intelectuales, artistas, personas destacadas en ámbitos estimados por el poder, se les otorga la "Creu de Sant Jordi" que es una especie de reconocimiento de la Patria a los servicios prestados. Pocos o ninguno se resisten a este honor dudoso. Por supuesto dejan de ser beligerantes -agradecidos- y cuando llegan a la senectud ansían más reconocimientos por ese ablandamiento que ésta supone. Luego, cuando fallecen, tienen una esquela oficial de la Generalitat, pagada con dinero de todos en recuerdo de su servicio patriótico. Cuando veo una de estas esquelas, muy numerosas, veo cómo compra voluntades y adhesiones de personas que pudieron ser interesantes en un principio.
Thomas Bernhard venía a decir en uno de sus vitriólicos libros que cuando el poder te condecora, se está cagando en tu cabeza.
Por eso, Joselu, es de agradecer la posición de Javier Marías, que no acepta ningún galardón institucional, los de los dineros de todos. Y no es santo de mi devoción, que conste.
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