Siempre termino por dar explicaciones a lo que no tiene respuesta. Ante el continuo interrogatorio a que me somete un interlocutor, finalizo con un argumento irracional de un acto concreto. Tal es su insistencia para quedar tranquilo consigo mismo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 apostillas:
Publicar un comentario