Confianza

10.10.06


Trabaja en la policía y, un día sin más, me soltó a bocajarro: «uno es quien más se miente; cómo si no seguir adelante».

Crónicas de épocas

9.10.06




Felipe González compartió mesa con el empresario Carlos Slim, el hombre más rico de América Latina y una de las mayores fortunas del mundo, en una charla sobre "globalización, democracia y economía".

De Diógenes, el perro, se cuenta que un día un hombre rico lo invitó a su casa y le dijo: «sobre todo no escupas en el suelo». Diógenes, que tenía ganas de escupir, le arrojó un salivazo a la cara mientras le explicaba que era el único sitio sucio que había hallado para poder hacerlo.

Hay poses y poses por mucho que pase el tiempo.



Adicciones

8.10.06


A comprar en todo a un euro
Al Nolotil
A la leche rizada
A la goma de borrar
Al parte meteorológico
A la siesta
Al sol y sombra
A la luna llena
Al ordenador
A las declaraciones de Hacienda
A los pasos perdidos
Al gazpacho
A los tratados de psiquiatría forense
Al huevo frito con ajos y espichás
A los baños de mar
A leer en la cama
A la fantasía
A las canciones de amor
A las tiendas de ropa
A la ecuación física fuerza por espacio
A las sorpresas
Al caldo de gallina
A los bailes de verbena
A los números primos
A las bitácoras

Discriminación negativa

7.10.06

«Soy el prostituto de mi mujer y no me paga un euro», se quejaba un amigo a otro.

Mayéutica

6.10.06

― Sé lo que sé y sé lo que no sé. Esa es mi verdadera sapiencia ―dijo el filósofo ateniense.
― ¿Y si ignoras lo que sabes y lo que no sabes posees el verdadero desconocimiento? ―preguntó el alumno.

Corazón roto

5.10.06


Alguien me aconsejó una vez que no me enamorara de una mujer con el corazón destrozado porque, en su estado, suele repartir los pedazos. ¿Sucederá igual con el del hombre?

Zodiaco

4.10.06

Veo a la gente leer el horóscopo en los diarios y me pregunto qué buscan.

El entierro celeste

3.10.06


Para el budismo el cuerpo no es más que un despojo. En cumplimiento de esta creencia, en una región del Tibet, cuando alguien muere su cadáver es llevado hasta lo alto de un monte donde un “enterrador” lo desnuda y le corta tiras de piel. Entonces acuden los buitres y lo devoran hasta que sólo queda el esqueleto, cuyos huesos machaca con un martillo y los rocía de harina para que terminen de comérselo. A penas dos horas después nada queda del cuerpo.
Pienso, entonces, si para un escritor no sería también edificante dar de comer sus textos a los lectores hasta que acaben con ellos y no quede ni una palabra.

Eva

2.10.06


Nunca le perdonaré a Dios que me creara porque la primera mujer fue rechazada por Adán.

El muro de las lamentaciones

1.10.06

Hasta el muro más gallardo suele tener una intención lamentable. (Al59)


Lamento lo irrevocable de lo pasado y lo irremediable de lo conocido. (Javi)

Haber perdido tanto tiempo lamentándome por las ausencias sin poder imaginar el maravilloso futuro que me esperaba: el presente que me abraza. (A k e l a)

Lamento no lamentarme de mis lamentos... (Caufield)

Yo me lamento, tú te lamentas, él se lamenta, nosotros nos lamentamos, vosotros os lamentáis y ellos se lamentan. Parece que así no haremos un mundo mejor. (3,14)

No haber reaccionado antes... La vida se nos pasa y las decisiones nos marcan... (Lotetari)

Lamento haber perdido los sueños y la inocenica de mi niñez. (La compi)

Es tan grande el vacío que nos cubre como un cobertor en pleno invierno. (Eve)

En el desencuentro hallé el encuentro. Sin separación no hay anhelo. Todo empieza de alguna manera, todo nace, pero no todo termina. Quizás, por eso, nací bajo el signo de piscis. (Blackwidow)

Es perfecto para todas las personas que no tenemos motivo alguno para lamentarnos. (Nuria)








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Cómo escribir un blog y ser famoso

22.9.06


Lo vi en una feria del libro entre los saldos y lo debería haber comprado. Ahora no recuerdo ni la editorial ni el nombre del autor quien proclamaba que se trataba de un manual de autoayuda para esa nueva “casta social” que se denominan blogueros.

De lo que pude leer en su contraportada recuerdo, más o menos, que venía a decir que una buena carga de morbo no lo vendría mal a una bitácora.

En Cómo escribir un blog y ser famoso se recomendaba colocar muchos vídeos de YouTube; agregar etiquetas con palabras como wiki, friki, weblog, blog; algunas chorradas simpáticas rebuscadas en el ciberespacio y copiar, pegar y recortar cuantos contenidos se vieran interesantes en otros blogs mencionando o no su autoría.

En caso de no obtener una rentabilidad inmediata con estas estrategias, el autor aleccionaba cómo criticar, abiertamente, a las bitácoras más famosas, si antes no se había podido conseguir la amistad o el padrinazgo de alguna de ellas. Otra salida era organizar una romería de comentarios por la blogosfera.

Sí recomendaba el autor como imperativo tratar de utilizar los grandes medios de comunicación generalistas: prensa, radio, televisión como plataforma publicitaria. Para lograrlo buscar contactos dentro de ellos, hacer amigos, hacer la pelotea.

Tampoco hay que espantarse, es lo que también ocurre en la realidad no virtual.

Delusión

8.9.06



He soñado que el mundo tenía arreglo.



La rueda de la existencia

7.9.06




Para el camino de la perfección el budismo expone la práctica de seis conceptos: la generosidad, la moralidad, la paciencia, el esfuerzo en la práctica, la concentración y la sabiduría.

Aparte de la moral –más relativa según qué modelo cultural–, los otros cinco preceptos son admisibles en nuestro nicho existencial y, sin embargo, cuántos de ellos son cumplidos.



Violencia

6.9.06

“Una treintena de jóvenes agrede con piedras y patadas a una compañera de instituto en Burgos”
¿Voy a escribir yo luego de la alegre juventud?

Nota.- Enlaces a la noticia:

SOS Bullying define la paliza a una niña en Burgos como una "agresión grupal debido a una manipulación de unos líderes"

Identifican a diez jóvenes relacionados con la agresión en el instituto

Movimiento contra la Intolerancia pide medidas penales contra menores de 14 años, ante casos como la agresión en Burgos

El camino más corto es el más largo

18.8.06


Un estudio del compartimiento humano determina que una persona no vuelve por el mismo camino que marchó a un lugar. Regresa por el itinerario más largo si el sitio donde debe volver no es de su agrado. Para ir recorrerá el camino más corto, pero para volver lo hará por el más largo de manera inconsciente.

Ruptura matrimonial

17.8.06


—Nos separamos hacen un mes— le confesó Maribel a su amiga.
—Y te costó muy caro el divorcio.
—No, como éramos pareja de hecho sólo tuvimos que rompernos el corazón.

Relatos vitales

16.8.06

Si pudiera escuchar, uno a uno, a todos los habitantes del planeta, podría saber al menos 6.000 millones de historias. ¿Y escribirlas luego?

Los viejos ‘blogueros’ nunca mueren

15.8.06

Dentro de cincuenta años quizás se pueda decir que los viejos ‘blogueros’ nunca mueren. Por ahora no, son todos tan jóvenes.

Caperucito Feroz y la Loba Roja

23.7.06


Este es un cuento a favor de la igualdad de género, en defensa de la coeducación y por un mundo donde los personajes de los cuentos populares cambien sus roles. Por ello Caperucito Feroz se convirtió en un personaje controvertido dentro de los cuentos clásicos, no sólo porque cambió de género al protagonista sino porque además asumió propiedades de su antagonista, el cual pasó a llamarse la Loba Roja.
Pormenorizados dichos asuntos puede comenzar el proceso narrativo que desarrolla este cuento, a la espera de que no existan otras interferencias que lo impidan. En especial, pienso en algunas que cuestionan el principio de autoridad del narrador y que pudieran derivar en una mala historia.
Había una vez un niño hiperactivo. Su padre, que quiso ser padre soltero, le había hecho una capa con caperuza para los días de lluvia y el muchacho la llevaba tan a menudo que todo el mundo lo llamaba Caperucito. Lo de Feroz vino después por lo cruel de la historia.
Un día, su padre le pidió que llevase unos pasteles a su abuelo que vivía al otro lado del bosque. El abuelo era diabético pero al padre de Caperucito le urgía cobrar la herencia, para lo cual ingeniaba estratagemas de cómo cargarse al viejo siempre abocadas al fracaso. Le recomendó que no se demorase en el camino, pues cruzar el bosque era muy peligroso, no para él sino para los pobres animalitos que el niño mataba por el camino y, sobre todo, por la Loba Roja, una especie protegida por la leyes en peligro de extinción y que si el niño lastimaba el padre debería pagar una cuantiosa multa.
Caperucito Feroz se encaminó hacia la casa de su abuelito con la cesta llena de pasteles que, esta vez, eran sin azúcar. Antes el niño tenía que atravesar el bosque, un lugar siempre ejemplarizante por los personajes y las escenas que encontraba a su paso. Allí aprendió a diferenciar entre las relaciones sexuales de los humanos y de los animales, el porqué estaba de moda la piromanía, la caza de especies en vías de extinción y lo divertido que era disparar con gomero a todo lo que se moviera. En el bosque estaba como en su casa.
De repente vio a la Loba Roja que hacia régimen de adelgazamiento y estaba un poco esmirriada.
— ¿A dónde vas, loba? — le preguntó Caperucito con los ojillos vivos de niño que prepara una travesura.
— Hago ‘footing’ para adelgazar — le dijo a Caperucito.
— Cada día estás más flaca. Da asco verte — le soltó el niño.
— Y tú Caperucito dónde vas tan guapo.
— Voy a casa de mi abuelo a llevarle unos pasteles con arsénico que le ha preparado mi padre y que el viejo no se comerá porque sabe que mi padre anda detrás de la herencia. Y después jugaré a la ‘Game Boy’, pero cuando vuelva te preparas, anoréxica.
Caperucito puso su cesta en la hierba y comenzó a coger setas venenosas y pensó: «ahora tengo que cargarme al abuelo para que no me mande mi padre más a cuidarlo. Todas las tardes tengo que venir a atenderlo y me pierdo echar un partido de fútbol con mis amigos».
La Loba Roja se marchó sin decir nada pero imaginó que tanto Caperucito como su padre, cada uno por su cuenta, lo que pretendían era cargarse al abuelo. Entonces decidió ir a avisarle de las intenciones de sus familiares consanguíneos. El abuelo escuchó a la loba y resolvió que fueran pareja de hecho la loba y él, además de desheredar al padre y al hijo.
Al poco llegó Caperucito y se quedó pasmado cuando vio al abuelo y a la loba abrazados.
—Abuelito, abuelito, ¡qué haces con esa guarra!
— Niño eres un maleducado, hijo de la generación de Tarantino. Tú consideras que tienes todos los derechos y ningún deber, no tienes cultura y tu padre te ha malcriado dándote todo lo que le pides. Y además te crees que la vida es un videojuego.
— A mi padre se lo voy a decir.
— No te alteres — dijo la loba al abuelo —. Las cosas se resuelven con diálogo, sin violencia.
Caperucito Feroz cogió el móvil e informó a su padre de las intenciones de la pareja. El padre cogió su escopeta de furtivo y se presentó al instante.
Aquí debería finalizar el cuento porque puestas así las cosas, de seguir esto puede acabar como el rosario de la aurora o como una crónica de sucesos. Así que ahora, como narrador atribulado y cobarde, huyo de la escena y les pido, a ustedes, queridos lectores, que imaginen el final. O mejor que lo escriban.

Pie de foto

16.7.06


Alfredo había fotografiado, con su flamante cámara digital, cada segundo del tiempo de su existencia, cada detalle circundante durante los tres últimos días. Sus ojos no veían otra realidad que la revelada por el objetivo de su nuevo juguetito. Pero todo se precipitó la mañana que un aullido de su mujer le hizo salir del aislamiento fotográfico. Corrió hacia el cuarto de baño desde donde ella lo requería horrorizada.
—Mira un alien —le dijo. Alfredo sonrió.
—No es más que un insecto. Algo extraño, eso sí —le respondió.
—Pero se parece a alien.
—Las películas de ciencia-ficción copian el diseño de sus monstruos tras observar el mundo de los insectos —le detalló para sosegarla—. No te muevas que no se espante. Voy a por la cámara.
—Eso, lo único que te importa ahora es hacer fotos.
Alfredo volvió en un periquete y enfocó al extraño insecto con su cámara de 10 millones de megapixeles. Hizo un primer disparo y saltó el flash. Ocurrió entonces algo insospechado. Cuando el bicho recibió la luz de repente duplicó su tamaño. Se hizo mayor y cambió su forma.
—Oh! –exclamó.
—Arrrggg! —gritó ella con asco.
—Eso debe ser porque la luz aumenta la velocidad de duplicación celular —definió para apaciguarla. Existen microorganismos que al percibir un aumento de temperatura aceleran su cinética de crecimiento. Este debe ser sensible además a la luz.
Ante tal maravilla, Alfredo volvió a clicar su cámara. El insecto dobló su volumen y adoptó una nueva figura. Alfredo, perplejo y boquiabierto, separó la cámara de su rostro para ver el prodigioso acontecimiento. Su mujer corrió lejos del cuarto de baño para llamar al servicio de emergencias.
El asombro obligó al índice de Alfredo a disparar continuamente. A cada clic una nueva figura y un ser más colosal.
Al día siguiente fue portada de todos los diarios nacionales. Una foto retrataba una boca gigantesca y una negritud inmensa. Al pie se podía leer «La última foto de Alfredo». En el interior todo el reportaje.