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Memoria del olvido

30.9.13



Olvidar todo hasta recordar la nada.



Falsa experiencia

24.6.11




Después de habernos cultivado tantas décadas como consumidores, ahora resulta que la publicidad es capaz de implantar falsos recuerdos. Si la memoria es quebradiza y el deseo es retornable en una proyección hacia el futuro, definitivamente estamos perdidos.





15-M Yo voté por Sol»

Olvidar la memoria

22.6.11




¿El olvido más que desmemoria es envoltura de vacío?






15-M Ni guerra que no mate ni paz que nos maltrate »

Memorias

28.1.11



El escritor bizantino Ioannes Tzetzes, sumido en una etapa de privación, declaró: «para mí, mi biblioteca es mi cabeza. Dada la gran penuria en que estamos, no tenemos libros en casa. Así, no puedo nombrar exactamente al autor.» Si el erudito levantara la cabeza y viera que estamos rodeados de ordenadoras cuya memoria es imborrable, no dejaría de sorprenderse. Precursor del personaje borgiano, Funes el memorioso, sus conocimientos le llevaron a proclamar: «Dios no ha creado nunca y nunca creará un hombre que tenga una memoria semejante a la de Tzetzes.» Es cierto que como su cabeza ninguna, lo que no le evitó que por citar de memoria cometiera errores monumentales.



Lirismo

20.1.11



En un texto védico no revelado se puede leer que con cada parpadeo pasamos una página del libro de la memoria. La fenomenología poética interpreta el mundo con una amplia conciencia.



Condiciones endógenas

15.1.11



«La felicidad es interior, no exterior; por lo tanto, no depende de lo que tenemos, sino de lo que somos», dijo el escritor estadounidense Henry Van Dyke.» ¿Y acaso no somos verdaderamente lo que poseemos: memoria, sentimiento y tiempo?



Dibujo de agua

24.4.05


Lloverá.
Y la lluvia traerá
hilos de agua a la memoria.
Traerá días tan líquidos
como lágrimas en el mar
y un exceso de humedad en los labios
que luego formularán besos mojados.

Tempus edax rerum

10.3.05


Con las necesidades básicas cubiertas -digamos por ejemplo: el amor, la comida y el descanso-, el tiempo que me espera es un tiempo sin pausa que me devora vivo por las tardes, cuando el viento gris se me cuela en la casa y me tiene sujeto al equilibrio de la memoria y del sueño.