En él se resumían todas esas características que hacen de una persona un personaje literario. El inspector Arguila y su eterna gabardina, que parecía robaba al mismísimo Humphrey Bogart, aparecía en los lugares más inesperados e insólitos y cuando menos lo esperabas. De no ser por su físico enjuto y enclenque hubiera dicho que era una reencarnación de Ignatius J. Really.
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El inspector Arguila
6.11.09
En él se resumían todas esas características que hacen de una persona un personaje literario. El inspector Arguila y su eterna gabardina, que parecía robaba al mismísimo Humphrey Bogart, aparecía en los lugares más inesperados e insólitos y cuando menos lo esperabas. De no ser por su físico enjuto y enclenque hubiera dicho que era una reencarnación de Ignatius J. Really.
Ocurrió que aquel estudiante de tanto usar el personaje inventado se olvidó por completo de su persona y ya nadie lo llamaba por su nombre, sino por el mote adoptivo. Gustaba de impresionar a la gente joven haciéndose pasar por un verdadero policía secreto y les requisaba el hachís.
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