Ponte en mi lugar

20.6.25


Ocurre, en ocasiones, que no soy yo quien camina dentro de mis zapatos



Transgresores

19.6.25


Solo si estamos lo suficientemente locos, podremos conculcar la realidad.



Fóbicos

18.6.25


Cada día se nominan nuevas fobias de las que nunca antes había oído hablar. La nomofobia es el miedo o ansiedad intensa al estar sin el teléfono móvil o sin cobertura; la coronafobia el miedo patológico a contagiarse de COVID-19 o a sus consecuencias; la osmofobia que es la hipersensibilidad o aversión a determinados olores; o la escopofobia que es el miedo a ser observado o a las miradas ajenas en situaciones sociales.

Al pensar en este hecho he descubierto cuáles son mis fobias más particulares. Así no soporto la violentofobia y llevo muy mal la belicofobia; tampoco aguanto la iniquitofobia (del latín iniquitas que significa iniquidad); ni tolero la anísotofobia (del griego anísotēs, que es desigualdad).  Y sobrellevo mal la discriminofobia, la indiferentiofobia (indiferencia) y, por supuesto, la misofobia, que es el miedo al odio. Otro día será para escribir de filias.



Hábitat

17.6.25


En la frustración frente al mundo anida la envidia.


Pendulares

16.6.25


El dilema de quien escribe: vivir lo que se escribe o escribir lo que se vive.



Leyes físicas

15.6.25


Tuvo un sueño muy pesado y, al despertar, corrió hacia la báscula para comprobarlo. Efectivamente, había engordado diez kilos.


Difuminados

14.6.25


Sucumbiremos con todas esas cosas que no hemos podido decir.



Intensidades

13.6.25


El arte es la práctica de una sensibilidad extrema.



Acrecentamiento

12.6.25


La pasión: a más entrega, mayor voracidad.



Degluciones

11.6.25


Hay quienes se comen la vida y quienes son devorados por ella.



Entusiasmos

10.6.25


Vivir satisfactoriamente no es otra cosa que saber a qué sueños aferrarnos.



Sísifos

9.6.25


Escribir es un proceso infinito.



Antagónicos

8.6.25


Le dijo que vivía en las antípodas de su amor y lo amó al revés.



Cambiar el paso

7.6.25


Hacer variaciones sobre lo invariable nos ayuda a salvar la rutina mental.



Atolladeros

6.6.25


Las creencias no nos salvan de ningún apuro.



Chispas

5.6.25


El ingenio es quien afila el lápiz de la escritura.



Pulverizados

4.6.25


Somos esa vela que el viento de la vida apaga y deja flotando ese humillo del recuerdo de la luz que fuimos hasta que se disipa en el tiempo.



Postulados

3.6.25

 

Ninguna teoría en particular explica el todo si es que la totalidad existe.



Partículas

2.6.25


A pesar de todo y ante todo, bajo toda sospecha y sobre toda duda. Con obstinación, con trabajo, con paciencia, con insistencia y sin extenuación. En lo oscuro de la soledad, en la plenitud del lenguaje, en la sencillez de las manos, en la desnudez del pensamiento. Donde se acaba y se vuelve a empezar, donde nunca se deja de aprender, donde se pone el alma, donde se pierde el tiempo. Entre líneas sosegadas, tras el silencio, sobre lo que no se encuentra y sobre lo que se arriesga. Contra el desaliento y la vacilación, durante la exasperación y el regocijo, mediante el sentimiento de abandono, para lamerse las heridas, para desentrañarse en el espejo de la vida, so pretexto de cambiarlo todo. Por lo vivido, por lo soñado, por lo anhelado, por lo sentido, versus la desolación y el desfallecimiento, vía de la dicha. Según se aligera la letra, hacia la luz y hacia el sueño, hacia lo incomprensible. Marginalmente. Desde siempre y hasta nunca jamás. Así se escribe. Así escribo.


Pasiones

1.6.25


Anselmo era un pacífico vecino, un padre ejemplar y popular amigo. Diríase que su vida de tan buena que era parecía aburrida y gris por lo flemática. No había contraste solo un color plano de la existencia. Salvo una excepción, su interacción con la pantalla de televisión cuando jugaba su equipo de fútbol. Ahí aparecía toda una paleta de colorido cromático. Nadie, tan solo él, podía trascender con tanta interconectividad a la representación de realidad que sentía. Lo de menos era insultar o gritar, porque era capaz de transmutarse en uno de los actores del espectáculo deportivo, normalmente en el entrenador del equipo. Era tal su mímesis con el plasma que ocurrió una abducción catódica que lo llevó hasta el banquillo de un club de la Premier League. Y desde entonces es un reputadísimo míster internacional.