Al pensar en este hecho he descubierto cuáles son mis fobias más particulares. Así no soporto la violentofobia y llevo muy mal la belicofobia; tampoco aguanto la iniquitofobia (del latín iniquitas que significa iniquidad); ni tolero la anísotofobia (del griego anísotēs, que es desigualdad). Y sobrellevo mal la discriminofobia, la indiferentiofobia (indiferencia) y, por supuesto, la misofobia, que es el miedo al odio. Otro día será para escribir de filias.
Fóbicos
18.6.25
Cada día se nominan nuevas fobias de las que nunca antes había oído hablar. La nomofobia es el miedo o ansiedad intensa al estar sin el teléfono móvil o sin cobertura; la coronafobia el miedo patológico a contagiarse de COVID-19 o a sus consecuencias; la osmofobia que es la hipersensibilidad o aversión a determinados olores; o la escopofobia que es el miedo a ser observado o a las miradas ajenas en situaciones sociales.
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