Redichas

22.1.20



Hay personas que minimizan la opinión de los demás porque, cuenten lo que cuenten en su conversación, sea bueno o malo lo que les ha ocurrido, a ellas siempre les ha pasado algo similar, pero en grado superior. 

Ruperta es uno de esos seres donde un vórtice del Universo concentra la adversidad. Cualquier padecimiento referido, a la hora del bocadillo, entre las compañeras de la línea del manipulado de hortalizas en la que trabaja, ella lo supera con otra dolencia. En caso de que no la haya sufrido tiene algún pariente cercano, lejano o conocido, que padece esa misma enfermedad en gravedad superlativa. 

En su síndrome de empequeñecer a todos, no se da cuenta que nadie atiende a su protagonismo y sus palabras terminan siendo como un eco en un túnel de vacío.



Muertos de hambre

21.1.20



Cela afirmaba, aunque no fuera ejemplo de ello, que «Si el escritor no se siente capaz de dejarse morir de hambre, debe cambiar de oficio. La verdad del escritor no coincide con la verdad de quienes reparten el oro». Hoy en muchos casos sí que concuerda con algunos autores, para el resto de la famélica extinción equivale a mantener la escritura como quien mantenía a una querida, a costa de su dinero y su salud, como buenos hijos putativos de la vida literaria.



Sin fronteras

20.1.20




Haruka es un agricultor japonés que enseña cómo cultivar una variedad específica de hortaliza en España creada por la empresa a la que pertenece. Su nombre significa lejano, igual que la distancia que existe con su nación. Le pregunto si no siente nostalgia por todo lo que dejó atrás en su hermoso país y que quizás no vuelva a ver, por el desarraigo que supone dejar atrás su tierra. Él entonces me dice con una sonrisa sosegada e iluminadora: «trasladé la patria conmigo, mi esposa y mis dos hijos están aquí».



Aumento

19.1.20



«Mi abuelito usa gafas para la lectura y siempre se queda dormido. Es por eso que le he regalado unas con cristales de más despierto».



Cuenteros

18.1.20



Cuando el planteamiento eres tú en el nudo de la vida, es porque tú eres el desenlace.



Cegados

17.1.20



Me interrogo con asiduidad sobre las relaciones humanas y por qué surgen algunas actitudes como el menosprecio. Un profesional de la enseñanza me comenta que, cada vez, más familiares del alumnado desprecian su labor, menoscabando su dedicación. Entonces me pregunto si no será que descargan en ellos la desestima que esta sociedad les inocula y que devuelven a ciegas, cuando les hacen sentir como unos perdedores, esclavos de sus trabajos o de sus miserias, de sus limitaciones y son señalados como desechos al no obtener un grado de reconocimiento.



Duplicados

16.1.20



La originalidad consiste en reinventarse.


Esperas

15.1.20



¿Cuánto tiempo hay que estar callado antes de escribir una sola palabra?



A punto de sal

14.1.20



José Emilio trabaja en los fogones desde que era un adolescente. Para él la vida es como la comida que debe estar a punto de sal, algo que no deja de entrañar una cierta dificultad porque cada persona tiene un gusto diferente sobre qué comer y cómo vivir. 

Le pregunto, entonces, cuál es el secreto para acertar con cada plato y en cada momento, y me cuenta que para no resultar ni muy soso ni muy salado, antes de condimentar un guiso o un instante, contrasta su paladar con un sabor opuesto que lo deja en posición de apreciar el justo sazonamiento. 

Si aderezamos nuestros días en discrepancia de lo ácido, lo dulce, lo salado, lo agrio, lo picante y lo amargo, y los cocinamos con paciencia y amor, quizás logremos una buena digestión.



Enhilados

13.1.20



Lograr un aforismo brillante es como el acierto de quien enhebra en la oscuridad.



Parroquia

12.1.20

El bar estaba vacío. Monótono el camarero caminaba tras la barra ordenando los últimos objetos mientras esperaba la llegada de la clientela. Al fondo del recinto un insecto leía el periódico. Entraron dos hombres, uno de ellos con la cara redonda y unas gafas a juego con la geometría de su rostro, el otro más espigado fumaba un cigarrillo. El tabernero reconoció al primero.
—Señor Monterroso ¿le pongo un atol? —preguntó.
—Que sean dos —interrumpió el acompañante.
—Siento decirle que hoy tampoco ha venido el dinosaurio. En cambio, el sujeto que está allí sentado se ha interesado por usted.
La pareja caminó hasta donde terminaba el establecimiento con las bebidas en la mano.
—Le presento a mi amigo Rulfo, tiene especial interés en entomología literaria —informó Monterroso.
El bicho sin levantar la cabeza les contó que Kafka no tenía predisposición a ningún trueque de zoofilia narrativa. Rulfo sacó de su bolsillo un gallo que picoteó la larva lectora.
—Los cuentos siempre deben tener un buen final. Aunque los dos estemos muertos en esta eternidad—explicó el mejicano.

Sedaciones

11.1.20



A veces te duele tu existencia, a veces te puede doler hasta sentirte muy feliz. Te puede doler el miedo y hasta la luz del sol, el dolor ajeno y hasta el que nunca existió. Y el único analgésico para ello es vivir, respirando hondo y sin parar de andar, mirando todo cuanto nos rodea y apreciando en valor de ese momento infinitesimal.



Saberes

10.1.20



No se trata de enseñar materias escolares sino de amar el conocimiento.



Papiroflexia

9.1.20



Llega un momento en el cual la hoja en blanco que fuimos se dobla por sus bordes y hacen coincidir al joven de antes con el adulto de después. Tras pliegues y repliegues se unen la inocencia con la incredulidad, la rebeldía con la desobediencia, el amor con la ternura, la temeridad con la prudencia, la vehemencia con la calma. Y unidos por el eje temporal de la existencia, al concordar en sus vértices todos los doblajes, se modela y se muestra el origami que somos ahora, una tenue figura de papel.



Dicotomías

8.1.20



¿Se puede ser bondadoso y a la vez estar enojado contra el mundo hostil?




Ningunearse

7.1.20



El mejor remedio contra la vanidad es el de no darse ninguna importancia.




Compañías

6.1.20



Antes recordaba el dolor cuando estaba presente. Ahora, en cambio, lo que noto es su ausencia.



Negocios

5.1.20



La jornada había finalizado y, tras el recuento del dinero, el saldo resultó ser muy provechoso para sus intereses y el esfuerzo valió la pena. Vendieron más mentiras que nunca porque se beneficiaron, en parte, de que esa fecha se hubiera declarado en Día de la Credulidad. También porque los sofismas estaban en periodo de rebaja y las falacias se ofertaron a un llévese tres y pague dos. Además, el comercio online aumentó la compra de embustes, noticias falsas y fraudes de manera considerable. En cierto modo, en aquella sociedad, el consumo de falsedades y engaños daban mucho prestigio.



Aspiraciones

4.1.20



Una mujer mayor me interpela en la frutería: «¿tú eres hijo de Francisco?». Sí, le respondo sin llegar a reconocerla. «Tu padre era una muy buena persona», dice. Y le doy las gracias. Luego se marcha y me deja pensativo mientras espero mi turno. ¿Acaso se puede aspirar, seres humildes de la existencia, a una más alta condecoración? No hay pedestal de mármol que aguante tamaña figura.



Año XV

3.1.20



Esta frágil epopeya un día se quebrará, igual que se rompe un vaso de cristal al estrellarse contra el suelo. Nada debería haber ocurrido y sucedió. Algo de lo que pueda pasar de ahora en adelante acontecerá y mientras se aproxima ese desenlace, el nudo de los días tejerá una urdimbre de historias, verdaderas historias imaginadas, sentidas, observadas, reflexionadas. Pensamientos solitarios llenos del eco de otras voces y de otras palabras. Entradas cargadas de énfasis vital y obstinación. Al final solo es eso, la débil voluntad por aguantar agarrado al salvavidas de lo que se recuerda y la terquedad por anotar una grafía más.