Pensar de nuevo

22.7.14



—Los libros y las prostitutas entrecruzan el tiempo. Dominan la noche como el día y el día como la noche.
—Esa encrucijada temporal nos marca a todos en la lectura de la realidad.
—Alguien que se cree abandonado está leyendo, y le duele que la página que quiere pasar esté cortada, que ya ni siquiera ella lo necesite.
—A propósito de esa página rota, son pasajes que quisiéramos hacer desaparecer.
—Nos hemos vuelto pobres. Hemos ido perdiendo uno tras otro pedazos de la herencia de la humanidad; a menudo hemos tenido que empeñarlos en la casa de préstamos por la centésima parte de su valor, a cambio de la calderilla de lo «actual». Nos espera a la puerta la crisis económica, y tras ella una sombra, la próxima guerra. Aguantar hoy se ha convertido en cosa de unos pocos poderosos, que Dios sabe que son más humanos que la mayoría; suelen ser más bárbaros, pero no en la buena forma. Y los otros tienen que arreglárselas, una vez más, con poco. Recurren a los hombres que han hecho su causa de lo completamente nuevo y que, además, lo basan en el conocimiento y la renuncia. En sus edificios, sus cuadros y sus historias, la humanidad se prepara para sobrevivir a la cultura, si es que esto le fuera necesario. Y lo más importante es que lo hace riendo. Y tal vez esa risa pueda sonar bárbara en uno y otro sitio. Bueno. El individuo puede ceder a veces un poco de humanidad a esa masa que, un día, se la devolverá con intereses.
—Señor Benjamin, a veces es difícil ese reconocimiento.
—La tradición de los oprimidos nos enseña que la regla es el «estado de excepción» en el que vivimos.
—Y para remediarlo qué se puede aplicar.
—En la improvisación reside la fuerza. Todos los golpes decisivos habrán de asestarse como sin querer.




Sacudida

21.7.14



En el temblor, no en la duda, es donde nos sabemos chispa iluminadora de la oscuridad.



Narratología

20.7.14



El planteamiento le provocó tal nudo que ahogó el desenlace.



Atemorizados

19.7.14



Walter Benjamin decía que «ser feliz significa poder percibirse a sí mismo sin temor». Somos la amenaza constante que nos acecha.



Filosofías

18.7.14



Pepe, ‘el macho’—nunca supe el porqué del apodo—, nos visitaba de tarde en tarde. Era un compañero de trabajo a quien mi padre tenía especial aprecio, supongo que por su honestidad. Dicharachero y alegre, un cáncer se lo llevó con treinta y pocos años. Su imagen, con el pasar del tiempo, se me ha ido diluyendo y casi me borró su rostro, pero aún recuerdo algo que solía repetir: «No creo en cosas extraordinarias o trascendentes como el más allá o los seres divinos. Las cosas cotidianas, por sí mismas, ya me parecen una maravilla». Aquello tan enigmático para mi mente infantil entonces, es hoy un corolario desde el que leo mi vida.



Aceleradores

17.7.14



Internet es un potenciador metal.



Discursos

16.7.14



¿Mentir sobre la mentira para que parezca que es cierto es doblemente engañoso?



El buscador

15.7.14

—A partir de cierta edad hacemos como que no nos importan las cosas que más deseamos.
—Es posible o será que el deseo se vuelve viejo como nosotros.
—A veces estamos demasiado dispuestos a creer que el presente es el único estado posible de las cosas.
—Sí, llego, lo tomo y lo dejo. Un tres en uno.
—La gente desea aprender a nadar y al mismo tiempo mantener un pie en tierra.
—Será que deseo y azar van unidos.
—Nuestros deseos se ponen trabas mutuamente y en la confusión de la vida raras veces una dicha corresponde exactamente a aquel que la había reclamado.
—Entonces, ¿la felicidad?
—La felicidad es saludable para el cuerpo, pero es la pena la que desarrolla las fuerzas del espíritu.
—¿Las penas?
—Las penas son servidores oscuros, detestados, contra los que luchamos, bajo cuyo imperio caemos cada vez más, servidores atroces, imposibles de sustituir y que, por vías subterráneas, nos llevan a la verdad y a la muerte. ¡Dichosos aquellos que han encontrado la primera antes que la segunda y para los que, por próximas que deban estar una de otra, ha sonado la hora de la verdad antes que la hora de la muerte!
—¿Y el amor, señor Proust?
—El amor es el espacio y el tiempo medido por el corazón.
—¿Y algo más?
—El amor es una enfermedad inevitable, dolorosa y fortuita.
—¿Y el dolor?
— No se cura un sufrimiento sino a condición de soportarlo plenamente.
—¿Y la vida?
—Vale más soñar la vida propia que vivirla, aunque vivirla es también soñarla.


Deseo holgazán

14.7.14



Ser perezoso en aquello que no gusta hacer conlleva un esfuerzo titánico por abandonar lo que apasiona.



Enemigo

13.7.14



Mira –dijo el niño mientras levantaba la mirada al cielo-, nos mandan regalos explosivos.



Lisonjas

12.7.14



La Fontaine decía que «todo adulador vive a expensas de quien le escucha». Por su parte Cioran mantenía que era «imposible defendernos de un adulador. No podemos darle la razón sin hacer el ridículo; tampoco increparle y enviarle a paseo. No tenemos más remedio que comportarnos con él como si dijera la verdad, dejarnos incensar a falta de saber cómo reaccionar. Él cree que consigue engañarnos, que nos domina, y saborea su triunfo sin que podamos desengañarle. Con frecuencia se trata de un futuro enemigo que se vengará un día de haberse rebajado ante nosotros, un agresor disfrazado que planea sus golpes mientras pronuncia sus hipérboles». Los cobistas son un virus que se expande en el tejido de las relaciones de la sociedad.



Aguzar el odio

11.7.14



Preguntada la filósofa Temista por cómo podemos conocernos mejor, señaló: «escucha y te escucharás». Algo que no se debe confundir con escucharse demasiado.



Desamparados

10.7.14



El abrazo desde el nacimiento, antes que beso, es la necesidad del otro.



Clarividentes

9.7.14



¿Qué hay más dentro de la cabeza, imaginación o realidad?



Metástasis revolucionaria

8.7.14



—Señor Žižek, ¿ha fracasado la humanidad en la construcción de su destino?
—El éxito y el fracaso son inseparables.
—¿Y el capitalismo ha fracasado y llega a su fin?
—Nuestro principal problema, incluso ahora, es que nos resulta más sencillo imaginar el fin del mundo que el fin del capitalismo.
—Tanta tecnología y tan poca humanidad…
—Vivimos una época que promueve los sueños tecnológicos más delirantes, pero no quiere mantener los servicios públicos más necesarios.
—Entonces lo de hacer una revolución para cuándo.
—No soy un ingenuo, ni un utópico; sé que no habrá una gran revolución. A pesar de todo, se pueden hacer cosas útiles, como señalar los límites del sistema.
—Cosas útiles y necesarias como qué.
—Estoy a favor de reuniones y protestas, pero no me convencen frases de sus manifiestos como desconfiamos de toda la clase política. ¿A quién se dirigen entonces cuando piden una vida digna?
—A quienes les representen de verdad sin falseamientos ni dobleces.
—La verdadera lucha política, como explica Ranciere contrastando a Habermas, no consiste en una discusión racional entre intereses múltiples, sino que es la lucha paralela por conseguir hacer oír la propia voz y que sea reconocida como la voz de un interlocutor legítimo.
—Para eso, como decía Machado, hay que pararse a distinguir las voces de los ecos.
—El problema es que no nos centramos en lo que realmente nos satisface. Estamos atrapados en una competición malsana, una red absurda de comparaciones con los demás. No prestamos suficiente atención a lo que nos hace sentir bien porque estamos obsesionados midiendo si tenemos más o menos placer que el resto.
—No tiene la impresión que tanta corrección en el discurso público ha tapado el verdadero discurso que hablan los ciudadanos en la calle.
—En el discurso políticamente correcto se esconde una extrema violencia... Este hecho se relaciona con la tolerancia, que actualmente significa su contrario. En los países occidentales desarrollados la tolerancia quiere decir no acoso, no agresión. Lo cual significa: "No tolero tu excesiva proximidad, quiero que mantengas la distancia adecuada".
—Y la dialéctica contra un sistema que ha degenerado en la sobreexplotación de recursos y la hiperespeculación, ¿dónde queda?
—No estoy en contra del capitalismo en abstracto. Es el sistema más productivo en la historia. Me considero comunista, aunque el comunismo no sea ya el nombre de la solución, sino el del problema. Hablo de la lucha encarnizada por los bienes comunes. Las corporaciones intentan privatizar los recursos naturales, la biogenética o los conocimientos. El capitalismo actual se mueve hacia una lógica de apartheid, donde unos pocos tienen derecho a todo y la mayoría son excluidos.
—¿Eligen los ciudadanos la política que se les aplica o son víctimas inconscientes de poderes fácticos?
—Concibo la noción de lo político en un sentido muy amplio. Algo que depende de un fundamento ideológico, de una elección, algo que no es simplemente la consecuencia de un instinto racional. En este sentido, sostengo que nuestras creencias privadas, en el modo en que nos comportamos sexualmente o en lo que sea, son políticas, porque es siempre el proceso de elecciones ideológicas y nunca es simplemente naturaleza. En este sentido diría que la cultura popular es eminentemente política, y me interesa justamente por eso.
—Creencias privadas que en algún caso usted critica.
—Me asusta lo que llamo budismo occidental. Me dejó de piedra leer una encuesta que decía que más del cincuenta por ciento de los ejecutivos estadounidenses son budistas. El porcentaje aumenta entre los más jóvenes, sobre todo los directivos de las industrias digitales y creativas. El tipo de hedonismo que se impone hoy, mezcla de placer con un poco de iluminación espiritual, se ha convertido en la religión del capitalismo global contemporáneo. Y no es precisamente emancipadora.
—En el sistema no cabe ni desarraigo ni descontrol.
—He aquí dos palabras clave: extracción y control. Para administrar una ‘nube’ es preciso un sistema de vigilancia que controle su funcionamiento, y que, por definición, está oculto a los usuarios. Cuanto más personalizado está el ‘smartphone’ que tengo en la mano, cuanto más fácil y ‘transparente’ es su funcionamiento, más depende de un trabajo que están haciendo otros, en un vasto circuito de máquinas que coordinan las experiencias de usuarios. Cuanto más espontánea y transparente es nuestra experiencia, más regulada está por la red invisible que controlan organismos públicos y grandes empresas con sus secretos intereses.



Apresado

7.7.14



Si mi pensamiento contradice a mi acción es porque soy incapaz de escapar de mí.



Dormitar

6.7.14



Dormía con un ojo cerrado y el otro abierto. Sus sueños eran verdades a medias.



Ulular

5.7.14



Perry Anderson en ‘Los fines de la Historia’ señala: «los ideales osados, los grandes sacrificios, los esfuerzos heroicos desaparecen en la monótona rutina de compras y elecciones; el arte y la filosofía se marchitan cuando la cultura se reduce a la conservación del pasado; los cálculos técnicos reemplazan a la imaginación moral o política. El grito del búho en la noche es triste». Y nosotros no lloramos sólo ululamos con el pensamiento.



Consumirse

4.7.14



«Nada nos mata más en la vida que la muerte de lo que amamos», escribió la poetisa Praxila. Seguramente porque comenzar a amar es empezar a extinguirse en el otro, en los demás.



La atracción de feria

3.7.14



Nadie que salía de aquella atracción de feria quería contar lo que había presenciado dentro. Al menos ninguna de las personas narraba in situ lo allí observado. Pronto los rumores comenzaron a extenderse por la ciudad pero la atracción no dejó de tener público durante todos los días de feria. Unos hablaban un misterio otros de un timo. La atracción cerró, los feriantes se marcharon y para los que no se atrevieron a entrar, la verdad quedó poblada de interrogantes. Los que se enfrentaron a la realidad no quisieron revelarla por temor al ridículo.