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Invisibilidad

30.4.15



A veces estoy delante de alguien y no percibe mi presencia o no me tiene en cuenta que, a la postre, es igual y, entonces recuerdo aquello que Deleuze escribió: «quizá soy transparente…» Lejos de preocuparme la situación cada vez me parece más satisfactoria e interesante, al poder mirar sin que te vean, y recrear el mito que Wells describió en su novela ‘El hombre invisible’.

Ahora la ciencia, a través de experimentos, ha descubierto que «la ilusión de tener un cuerpo invisible reduce la ansiedad social». Y es cierto, nada más relajante como desaparecer ante los ojos de los desconocidos.



Los límites de la necedad

31.1.15



Sé que los estúpidos no estarán de acuerdo con la siguiente cita de Deleuze: «la filosofía sirve para entristecer. Una filosofía que no entristece o no contraría a nadie no es una filosofía. Sirve para detestar la estupidez, hace de la estupidez una cosa vergonzosa. Sólo tiene este uso: denunciar la bajeza del pensamiento bajo todas sus formas. Por muy grandes que sean, la estupidez y la bajeza serían aún mayores si no subsistiera un poco de filosofía que, en cada época, les impide ir todo lo lejos que querrían...» También sé que no les preocupará. Es su condición.



Circularidad

13.12.14



Defiende Deleuze que «desear es producir, y producir realidad. El deseo como potencia productiva de la vida.» Y más allá de ese deseo productor qué nos espera, la realidad deseada, quizás, y que no es más que la frustración del deseo cesante.



Evasión o derrota

4.10.14



Según Gilles Deleuze «se escribe siempre para dar vida, para liberar la vida allí donde esté presa, para trazar líneas de fuga». Probablemente escribir sea una fuga en sí.



Variabilidad

25.6.12




Los dedos del azar hurgan con probabilidad la vida.





«El hombre ya no es el hombre encerrado, sino el hombre endeudado.» Deleuze

Parlanchines

26.11.11




Pitágoras dejó dicho: «cierra tu boca mientras tu corazón esté cerrado.» Hablar hasta por los codos y no parar entonces, con esa habla, en ese idioma.





15-M Votes rojo, azul, verde o blanco, al final siempre gana el banco »

«Estamos segmentarizados binariamente, según grandes oposiciones duales: las clases sociales, pero también los hombres y las mujeres, los adultos y los niños, etcétera.» Deleuze y Guattari

Solturas

12.11.11




Gilles Deleuze y Félix Guattari argumentaron que «no nos falta comunicación, al contrario, tenemos demasiada. Nos falta creación. Nos falta resistencia al presente.» La entereza imaginativa ante lo actual es lo que alivia su peso.





15-M Quien permite el abuso ordena que se haga »

«Querer informarse sin esfuerzo es una ilusión que tiene que ver con el mito publicitario más que con la movilización cívica. Informarse cansa y a este precio el ciudadano adquiere el derecho de participar inteligentemente en la vida democrática», Ignacio Ramonet, especialista en geopolítica y estrategia internacional y consultor de la ONU

Desdén

23.10.11




Prometeo le ofreció el fuego. —No fumo, gracias —le respondió la joven.





15-M Mientras los medios sigan mintiendo los muros seguirán hablando »

«El pueblo ya no existe, o aún no...el pueblo está ausente.» Gilles Deleuze, filósofo

Sin presente

24.9.11




«El acontecimiento tiene lugar, pues, en un tiempo sin duración, tiempo paradójicamente vacío en el que no pasa nada», objeta François Zourabichvili en su interpretación de Deleuze. El diablo Amon tiene por faena contar las cosas del pasado y del futuro. Tengo la sensación que alguien nos escamotea el presente.





15-MCuando reflexiono sobre nuestro siglo, lo que nos parecerá más grave no serán las fechorías de los malvados, sino el escandaloso silencio de las buenas personas»

«Cada conciencia que se despierta es un palo en la rueda del sistema. Sin falsos optimismos pero sin el pesimismo de la inteligencia abscedado en el cerebro. Y esta sensación de que las cosas apenas están empezando.» Juan Carlos Monedero, profesor titular de Ciencia Política en la Universidad Complutense de Madrid.

La vuelta al tajo

6.9.11




—Buenos días.
—Buenos días tenga usted, señor Deleuze.
—Cómo le va con sus asuntos.
—Bueno, en vista del panorama, no me puedo quejar. Otros no pueden decir lo mismo y cada día exigen más las empresas.
—Sin duda la fábrica ya conocía el sistema de primas, pero la empresa se esfuerza más profundamente por imponer una modulación de cada salario, en estados de perpetua metastabilidad que pasan por desafíos, concursos y coloquios extremadamente cómicos. Si los juegos televisados más idiotas tienen tanto éxito es porque expresan adecuadamente la situación de empresa. La fábrica constituía a los individuos en cuerpos, por la doble ventaja del patrón que vigilaba a cada elemento en la masa, y de los sindicatos que movilizaban una masa de resistencia; pero la empresa no cesa de introducir una rivalidad inexplicable como sana emulación, excelente motivación que opone a los individuos entre ellos y atraviesa a cada uno, dividiéndolo en sí mismo. El principio modular del 'salario al mérito' no ha dejado de tentar a la propia educación nacional: en efecto, así como la empresa reemplaza a la fábrica, la formación permanente tiende a reemplazar a la escuela, y la evaluación continua al examen. Lo cual constituye el medio más seguro para librar la escuela a la empresa.»
—La situación es difícil de arreglar.
—Estamos en una crisis generalizada de todos los lugares de encierro: prisión, hospital, fábrica, escuela, familia. La familia es un 'interior' en crisis como todos los interiores, escolares, profesionales, etc. Los ministros competentes no han dejado de anunciar reformas supuestamente necesarias. Reformar la escuela, reformar la industria, el hospital, el ejército, la prisión: pero todos saben que estas instituciones están terminadas, a más o menos corto plazo. Sólo se trata de administrar su agonía y de ocupar a la gente hasta la instalación de las nuevas fuerzas que están golpeando la puerta. Son las sociedades de control las que están reemplazando a las sociedades disciplinarias.
—Un control que sustituye a otro control...
—En las sociedades de control, por el contrario, lo esencial no es ya una firma ni un número, sino una cifra: la cifra es una contraseña, mientras que las sociedades disciplinarias son reglamentadas por consignas (tanto desde el punto de vista de la integración como desde el de la resistencia). El lenguaje numérico del control está hecho de cifras, que marcan el acceso a la información, o el rechazo. Ya no nos encontramos ante el par masa-individuo. Los individuos se han convertido en “dividuos”, y las masas, en muestras, datos, mercados o bancos. Tal vez sea el dinero lo que mejor expresa la diferencia entre las dos sociedades, puesto que la disciplina siempre se remitió a monedas moldeadas que encerraban oro como número patrón, mientras que el control refiere a intercambios flotantes, modulaciones que hacen intervenir como cifra un porcentaje de diferentes monedas de muestra.
—Además se nos ha educado para eso.
—El servicio de venta se ha convertido en el centro o el ‘alma’ de la empresa. Se nos enseña que las empresas tienen un alma, lo cual es sin duda la noticia más terrorífica del mundo. El marketing es ahora el instrumento del control social, y forma la raza impúdica de nuestros amos. El control es a corto plazo y de rotación rápida, pero también continuo e ilimitado, mientras que la disciplina era de larga duración, infinita y discontinua. El hombre ya no es el hombre encerrado, sino el hombre endeudado. Es cierto que el capitalismo ha guardado como constante la extrema miseria de tres cuartas partes de la humanidad: demasiado pobres para la deuda, demasiado numerosos para el encierro: el control no sólo tendrá que enfrentarse con la disipación de las fronteras, sino también con las explosiones de villas-miseria y guetos.
—Al menos hay gente joven que toma conciencia de la situación y se mueve.
—Muchos jóvenes reclaman extrañamente ser ‘motivados’, piden más cursos, más formación permanente: a ellos corresponde descubrir para qué se los usa, como sus mayores descubrieron no sin esfuerzo la finalidad de las disciplinas. Los anillos de una serpiente son aún más complicados que los agujeros de una topera.
—Me marcho a producir para el sistema, no con muy buen sabor de boca y con pocas perspectivas.
—No hay lugar para el temor, ni para la esperanza. Sólo cabe buscar nuevas armas.
—Adiós.






15-MLengua de signos en la educación pública por si los políticos se hacen los sordos»

Avistamiento

2.4.11




Deleuze explica que «no nos contemplamos a nosotros mismos, pero no existimos sino contemplando, es decir, contrayendo aquello de los que procedemos (...) todos somos Narciso por el placer que experimentamos contemplando (autosatisfacción), aunque contemplemos algo muy distinto de nosotros.» Atrapados en el espejo de la abstracción miramos, en los demás, aquello que nos representa a nosotros mismos.




Mecanismo

3.4.07




Philip Larkin escribió que «el secreto del arte consiste en repetir a consciencia logros inconscientes, hallazgos casuales». Deleuze vino a decir que la creación tiene más que ver con la desmemoria que con la conciencia. Entre uno y otro me hacen pensar la paradoja de escribir a diario este blog como un mero ejercicio de azar y de olvido.



Hábitos saludables

27.2.07




Deleuze escribió que «el mundo es el conjunto de síntomas cuya enfermedad se confunde con el hombre». La literatura se presenta entonces como una iniciativa de salud. Vistas las indicaciones no hay mejor remedio que seguir en el brecha.



Pensadores

2.2.07



La mente a veces se oscurece como si de la implosión de una estrella se tratara. Si no cómo explicar el fin de algunos pensadores de la llamada Escuela de París.
Deleuze, afectado por una grave insuficiencia respiratoria, se suicidó el sábado 4 de noviembre de 1995 lanzándose por la ventana de su apartamento de la avenida de Niel en París. Althusser murió en 1990 ingresado en un psiquiátrico después de haber asesinado a su mujer. Guy Debord se suicidó el 30 de noviembre de 1994. Nikos Poulantzas se lanzó al vacío desde el piso veintidós de la torre de Montparnasse. Y Foucault murió en 1984 víctima del sida.
Curiosamente, Cioran, un apologista del suicidio: «vivo únicamente porque puedo morir cuando quiera: sin la idea del suicidio, hace tiempo que me hubiera matado», murió en París, el 20 de junio de 1995, a los 86 años.