Ideas fugaces

19.5.15



—Tendemos demasiado a creer que, cuando se tiene algún talento, el trabajo debería resultarnos fácil. ¡Esfuérzate siempre, hombre, si quieres hacer algo grande!
—Parece enfadado señor Lichtenberg
—El grado más alto hasta donde puede elevarse un espíritu mediocre, pero provisto de experiencia, es el talento de descubrir las debilidades de los hombres que valen más que él.
—No hay que ponerse así.
—Mi hipocondría, a decir verdad, es un talento especial que consiste en esto: saber extraer de cada incidente de la vida, sea cual sea el nombre que lleve, la mayor cantidad de veneno para mi propio uso.
—Parece usted muy serio hablando con esa gravedad.
—Hay gente que cree que todo cuanto se hace poniendo cara seria es razonable.
—Por eso creen en algunos políticos.
—Todo no puede funcionar a la perfección en el mundo, pues a los hombres aún hay que gobernarlos con engaños.
—Está corrosivo.
—Como todas las sustancias corrosivas, el ingenio y el humor tienen que utilizarse con cautela.
—Aunque nunca le falta su genio.
—Todos somos un genio al menos una vez al año. Los verdaderos genios simplemente tienen sus ideas brillantes próximas a ello.
—Será ocasionalmente.
—La ocasión hace al ladrón, pero también a los grandes hombres.



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