Bohemias

22.1.13




—Don Ramón, a pesar del tiempo transcurrido, ¿no cambia su idea de este pueblo?
—La miseria del pueblo español, la gran miseria moral, está en su chabacana sensibilidad ante los enigmas de la vida y la muerte.
—Se habrán olvidado de lo que son.
—Quien sabe del pasado sabe del porvenir.
—Nos va la discusión.
—¡El mundo es una controversia!
—Y una alucinación.
—Las imágenes más bellas son absurdas en un espejo cóncavo.
—Y el cultivo de la imagen no nos ayuda a entender el mundo.
—El ciego se entera mejor de las cosas del mundo, los ojos son unos ilusionados embusteros.
—Admitamos nuestra derrota.
—Yo hallé siempre más bella la majestad caída que sentada en el trono.
—¿Y el triunfo sobre las cosas?
—Lo mismo da triunfar que hacer gloria la derrota.
—Y recorrer el camino.
—Fui peregrino sobre la mar, y en todas partes pecando un poco, dejé mi vida como un cantar.
—Somos también aquello que nos dejan ser.
—Soy lo que me han hecho las leyes. Soy el dolor de un mal sueño.
—¿Una pesadilla?
—¡Un esperpento!



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